abril 18, 2011

Capítulo 4





4

Bea


Después de la comida, Nick me llevó en su coche hasta los estudios. En el viaje me contó lo que haría allí, que sería conocer a mis productores, familiarizarme con el estudio de grabación y dijo que supone que debería cantar. Me preguntó que si había escrito alguna canción, y le respondí que varias pero que no eran buenas, esperaba que eso mejorara con el tiempo.
      Llegamos al estudio, pero no me encontré un cartel de Hollywood Records, si no otro diferente. Fui a preguntarle a Nick pero me dijo que era una sorpresa. Nick me guió el camino hasta una gran sala muy bonita y espaciosa. Allí se encontraban Joe, Kevin y Mr. Jonas. Ellos me saludaron y yo miré a Nick con cara de no entender nada. Noté como se dedicaban una sonrisa y mirada pícara entre ellos cuatro, y de repente gritaron:
     - ¡¡¡Sorpresa!!!
     - Está bien, ¿qué está pasando aquí?
     Todos volvieron a reír, pero Kevin se me acercó y me explicó todo.
     - Recuerdas que tu discográfica iba a ser Hollywood Records, ¿no? Bueno, en realidad no. Hubo unos cambios, pero queríamos sorprenderte.
     - ¿Me estás diciendo qué…?
     - ¡Exacto! Estarás bajo nuestro sello discográfico.  – Contestó Joe.
     - Sólo si te parece bien. – Dijo Nick.
     - ¿Bromeas? ¿Qué si me parece bien? O sea, los Jonas Brothers son mis productores. ¡Es increíble!
     - Bienvenida entonces a Jonas Records.
     Sonreí y les estreché la mano a todos. Esto cada vez era mejor, mi sueño se estaba haciendo realidad.
     Pasamos a una sala y firmamos los contratos con mi abogado presente. No podía esperar a empezar a moverme por este mundo, y encima con mis tres chicos favoritos alrededor mía. Me enseñaron la oficina entera, y me sentía súper optimista, con ganas de comerme el mundo y enseñarles a todos de lo que soy capaz.
     - Bueno Bea, creo que te voy a hacer la pregunta que todos queremos oír: ¿nos cantas algo? – dijo Joe.
     - No sé si me saldrá bien, pero lo haré.
     - ¿Por qué no lo ibas a hacer bien?
     - Los nervios…
     - Bah, estamos en familia.
    Sonreí a Joe. Me pasaron una guitarra, y canté una canción. Canté Hello Beautiful, y luego pasé al piano y canté Stay de Miley Cyrus. Ellos me aplaudieron y yo me sonrojé.
     - Vaya… eres realmente buena. – dijo Nick
     - Y que lo digas, vas a triunfar. Te lo puedo asegurar. – dijo Kevin
     - ¿Tienes alguna original? – dijo Mr. Jonas
     - Sí… pero no son buenas… No sé.
     - Venga ya Bea, cántanoslas.
     - Sí venga.
     - Pero…
     - Ni peros ni nada, queremos oírte.
     - Bueno…
     Canté una de las canciones que yo compuse. La verdad es que tengo bastantes. Hablan un poco de todo: de amar a alguien inalcanzable, de ser decepcionada y engañada en el amor, de sueños por cumplir… Pero yo pensaba que le faltaba algo a todas ellas, esperaba aprender con el tiempo. Quería ser más que una estrellita de Hollywood comercial, que solo se dedicara a cantar lo que otros le escribían. Yo quería poder ser llamada artista, poder inspirar a mis futuros fan a través de la música, pero de mi música.
      Terminé de cantar la canción y todos ellos me elogiaron, me dijeron que era muy buena y que no sabía por qué tenía miedo de cantarla. La canción que canté trataba de enamorarse de alguien que no ves posible de alcanzar. Escribí esa canción una noche en mi cuarto. Yo estaba llorando, llorando por Nick Jonas. Yo veía que había algo especial en ese chico que me gustaba de verdad, más que un simple flechazo por mi cantante favorito. Era mucho más que eso, pero yo veía imposible conocerlo. Una de las frases de la canción era: ‘’a veces me digo a mi misma que este amor me está destrozando, debería dejarlo ya. Pero lo siento, mi corazón ha ido siempre por delante’’. Sinceramente no sé si Nick se habrá dado cuenta de que la canción era para él, seguramente no, pero ojalá. Pasé la tarde en los estudios. Llegó Peter también un poco más tarde. Estuvimos todos hablando de mi futuro, enseñándome el estudio, cada rincón de él. Fue la tarde del comienzo de mi sueño haciéndose realidad. Me sentía tan bien, tan identificada en ese ambiente. Era increíble.
    
     - Bea, tengo una idea. – Mr. Jonas me dijo emocionado. - ¿Por qué no damos un concierto gratis a los fans? Así podrás promocionarte, y para asegurar que vaya mucha gente, ¡compartirás escenario con los chicos!
     Se me abrieron los ojos como platos. No me podría creer lo que estaba oyendo. ¿De verdad quería que yo cantara con ellos?
     - ¡Guau! Eso sería genial.
     - Concuerdo con Kevin, sería increíble. Los fans podrían disfrutar de un concierto gratis y tú te darás a conocer.- Dijo Joe.
     - Bea, ¿qué dices?
     - Por mí encantada, pero no sé si estaré preparada.
     - No digas tonterías, ¡estás más que lista! Trabajaremos tu voz y las canciones que cantarás, y en dos semanas saldrás al escenario por primera vez.
     - Yo te ayudaré. – Nick me sonrió.
     - Todos lo haremos, Nick.
     - Vale Joe, pero yo más.
     Kevin soltó una gran carcajada.
     - Bueno, ¿trato hecho?
     Vacilé unos segundos, mirándoles a todos. Al final cedí y asentí con la cabeza, dejando mostrar una gran sonrisa. Estaba muy emocionada, iba a dar mi primer concierto y encima con los Jonas Brothers.
     -  Hay que empezar con la publicidad del concierto. Vamos a hacer carteles y repartirlos por toda el área de Los Ángeles. Hablaremos sobre ello en Twitter e intentaremos que vaya el mayor número de gente posible. Va a ser un éxito.
    - Un momento, Mr. Jonas. Has dicho un cartel. Eso implica…
    - Exacto, sesión de fotos. Mañana a las diez de la mañana. No lleguéis tarde. Yo ya me tengo que ir.
    - Vale. Bea, ¿te acerco a tu casa? – Dijo Joe.
    - Te llevaría yo, pero tengo que quedarme aquí a terminar con algunos asuntos. – Dijo Nick.
    - Está bien. – Dediqué una sonrisa a los dos, me despedí y Joe me acompañó a la puerta y a su coche. Me abrió la puerta de copiloto y me senté, ya encontraba esas atenciones por parte de la familia Jonas normales. Empezamos a hablar de cómo me iba a cambiar la vida, y bromemos un montón. Joe se parecía en ese aspecto a mí. Estuvimos todo el viaje diciendo cosas muy raras y extrañas, y riéndonos a carcajadas. De repente se puso serio, justo cuando paramos en mi casa. Él se bajó de coche y me acompañó a la puerta.
     - Mira Bea, hay algo que te quiero decir. Vas a tener mucho éxito, muchísimo, eso es algo bueno sin duda, pero no es eso lo que vengo a decirte.
     - Arranca Joe.
     - Ten cuidado con Nick. Lo conozco, y sé que eres la chica ideal para él. Todavía no se ha dado cuenta, pero he visto la forma en la que te mira, y créeme que está interesado en ti. Nick es un poco tonto a veces, no sabe si alguien le está devolviendo los cumplidos, coqueteando o simplemente siendo amable. Quiero que tengas eso en cuenta. Y por cierto, también he visto como lo miras a él, así que date prisa y lánzate.
      Yo no podía ni hablar. ¿Era real la conversación que acababa de tener con Joe? ¿Realmente me había dicho eso?
     - Vaya Joe, no sé qué decir.
     - No hace falta que digas nada, sólo piensa en lo que te he dicho, ¿vale?
     - Está bien. – Sonreí, el me dio un beso de despedida, nos dijimos buenas noches y entré en mi casa. Era tarde, y no había cenado. Pero no tenía hambre. Subí a mi habitación y me di una ducha. Mientras pensaba en la conversación con Joe y en el próximo concierto. ¿Tendría razón Joe? Después de una larga meditación decidí que el tiempo dirá lo que pasa, tengo que esperar. Además no iba a empezar una relación con Nick Jonas así de repente. Tenía un poco de miedo: él es una estrella del rock y yo soy simplemente una principiante. Hay millones de chicas más guapas que yo y eso me atemorizaba.

     Me llegó un mensaje de texto de Nick que decía que me recogería a las 9:30 para ir a la sesión de fotos. Era tan mono, siempre tan atento. Una tonta sonrisa apareció en mi cara y me quedé como boba mirando la pantalla del móvil. Cuando me di cuenta me reí y dejé el móvil encima de la cama. Encendí el ordenador y hablé con mis amigos de España. Les conté lo que me estaba pasando, exceptuando la última conversación con Joe. Ellos se alegraban mucho por mí. Empecé a llorar allí, sola en mi habitación. Realmente echaba de menos a mis amigos, pero la vida que tenía ahora era también increíble. Me sequé las lágrimas y vi una nueva actualización desde la cuenta de Twitter de Jonas Brothers. Decía: Tenemos grandes noticias para todos vosotros. Es una gran sorpresa, no podemos esperar a contárosla… ¡mañana! Un segundo tweet decía: PD: Está relacionado con nuestra talentosa amiga – introdujeron aquí mi nombre de usuario-. Seguidla todos, es increíble.
    Yo retwitteé todo, y los chicos también lo hicieron. Tuve conversaciones con ellos por ahí, y todas las fans se revolucionaron. Me parecía totalmente normal, yo hace menos de unas semanas estaría igual. Me despedí  y dediqué las buenas noches a todos mis nuevos seguidores, que habían aumentado considerablemente y apagué el ordenador. Puse el despertador a las 8:30 y me acosté. No podía esperar a mañana. Me sentía súper feliz. Recordé las noches en mi antigua habitación cuando pensaba que jamás saldría de allí. Era como: otra noche más aquí metida. Y ahora recordé rápidamente dónde estaba, qué estaba haciendo y con quién.
     Me sentía la persona más afortunada del mundo entero.

abril 12, 2011

COMUNICADO ESPECIAL

Hola lectoras de L.A. Baby! Soy la escritora. Os escribo para comunicaros que la falta de capítulos se debe a que mi ordenador está en el taller, y tenía el capítulo cuatro casi terminado. En unas semanas llegará. Os puedo aventurar que trata del sueño de Bea. Es un gran paso en su carrera. 
Bueno, espero que esteis disfrutando de la novela. Si es así comentadme y puntuadla! Y decidles a vuestros amigos que la lean! Jajaja (:
Bueno, podéis seguirme en www.twitter.com/NickJAndU
En esa cuenta pongo #Imagina (llamados #NickJAndU) sobre Nick y tu. Os los recomiendo!


Un beso lectoras!

febrero 23, 2011

Capítulo 3






3

Bea


9:30am.

       Me desperté en esa gran y bonita habitación. Me costó unos segundos recordar donde estaba. Recordé el día de ayer. Guau. Fue increíble. No me creo todavía que haya conocido a mi ídolo, al chico cuyas fotos ocupaban parte de mi antigua habitación, en el que siempre pensaba y lo veía como inalcanzable, por el que aprendí que sí se puede amar a alguien sin conocerle. Cuando lo vi por primera vez en la puerta de mi nueva casa fue un sueño hecho realidad. Quería gritar, llorar, abrazarlo, besarlo. Ahora sólo le doy las gracias a Dios por esta gran oportunidad.
       Me levanté de la cama, me puse una bata y bajé a la cocina para desayunar. Dorota ya estaba allí. Había preparado zumo de naranja y tostadas.
      - Buenos días, Dorota.
      - Buenos días, señorita.
      - Dorota por favor, llámame Bea. Debería ser yo quien te hablara de usted.
      - ¿Está segura?
      - Completamente. - sonreí.
      - Está bien.
      Desayunamos las dos juntas. Ella primero dijo que ella lo haría en la cocina, pero de ninguna manera yo iba a permitir eso. Cuando terminamos le ayudé a recoger y vi un poco la tele. Ya eran las diez y media, y había quedado con Nick a las once, así que subí a mi cuarto para arreglarme. Pensaba ordenarlo y hacer la cama, pero Dorota se me adelantó. La próxima vez no sería así. Me dirigí al armario y busqué la ropa de playa. Me puse un bikini marinero, un vestido blanco playero y unas chanclas. No me pinté, y me recogí el pelo en un moño despeinado. Cogí unas gafas de sol, una toalla y la crema de protección solar y bajé al salón. Justo sonó el timbre. Me sorprendió porque era pronto, quedaban todavía quince minutos para las once. Abrí la puerta.
     - Buenos días, Nick. Pasa.
     - Buenos días. Sé que es pronto, pero no podía esperar más. - Me sonrojé. Nick estaba guapísimo. Llevaba un bañador por encima de la rodilla, un polo y unas gafas de sol.
     - Ja, ja, está bien.
     - ¿Estás lista ya para bañarte?
     - Siempre. -Sonreí y él me sonrió
      Pasamos a la piscina y dejamos nuestras cosas en una tumbona. Nick se quitó el polo, y la verdad es que fue muy incómodo. No sabía si mirarle o no, así que decidí quitarme mi vestido. Una vez los dos en bañador si miré su cuerpo. Era la primera vez que lo veía, ya que él jamás había publicado una foto suya sin camiseta, lo cual me gustaba porque sabía así que era un chico con clase. Noté que él también me miraba, así que sólo le sonreí y él se tiró de bomba a la piscina llenándome entera de agua.
     - ¡¡¡Nick!!! ¡Te has pasado! Ahora verás. - Me tiré yo de bomba y él me esquivó. Me subí encima suya e intenté hacerle alguna ahogadilla, pero no podía. Era como una roca, mucho más fuerte que yo. Después de un minuto de intentos desistí, y nadé hacia la otra parte de la piscina.
     - ¿Te has cansado ya? - me sonrió y nadó hacia mí. Cuando casi llegó empecé a bucear yo para el lado contrario, pero a la mitad del trayecto él me sacó a la superficie y me mantuvo entre sus brazos, con nuestras caras a escasos centímetros.
     - Yo nunca me canso. - Nick acercaba su rostro lentamente hacia mí. Me olía lo que iba a pasar a continuación. No quería, aún no. Quería estar más tiempo con él antes de empezar nada así que me deje caer de los brazos de Nick como si hubiera sido un accidente, y me quedé debajo del agua unos segundos. Nick debió ver que no salía y me sacó otra vez, esta vez dejándome de pie.
     - ¿Estás loca? ¿Sabes el susto que me has dado? No lo vuelvas a hacer.
     - Pero si no he hecho nada.
     - No lo hagas jamás.
La mañana transcurrió, y Nick y yo charlamos durante horas en la piscina. Había algo especial entre nosotros. Me encantaba su forma de ser, sus gestos, su forma de hablar, su personalidad. Una de las cosas que más gustaba de él era su respeto hacia sí mismo y hacia los demás. Era increíble como sabía guardar la compostura, cómo no armó ningún escándalo en todos sus años de fama. Era una persona orientada, educada y religiosa. Tres valores que me hacían fijarme en un chico por encima de todas las cosas. Quería aprender de él. Siempre había sido mi inspiración, y ahora que lo tengo cara a cara me doy cuenta de la oportunidad que Dios me está dando.
     Nos salimos de la piscina y estuvimos como una media hora cada uno en una tumbona, y de repente se levanta y se sienta en la mía.
      - Bea, son las casi la una.
      - Sí, ¿pasa algo?
      - Quiero llevarte a comer. - eso me pilló de imprevisto, todo hay que admitirlo.
      - Está bien. ¿Pasas en media hora?
      - ¿No quieres ni siquiera saber a dónde?
      - Contigo, al fin del mundo.
      - Eres increíble. - Nick empezó a acercar su rostro hacia el mío lentamente, en silencio. Cuando apenas había un palmo de separación se paró. Empecé a analizar su cara, su bonita cara. Tenía varios lunares, tres de ellos en la mejilla derecha que formaban un triángulo. Sus labios eran pequeños pero carnosos. Evitaba totalmente mirarle a los ojos, pues sabía lo que venía a continuación. Pero mi corazón siempre ha ido por delante de mi mente y clavé la vista en su mirada. Ojos pequeños, achinados, color café, muchas pestañas. Ni si quiera noté que Nick había estado haciendo lo mismo que yo, y que ahora nos estábamos mirando fijamente. Me había atrapado con su mirada. Se acercó un poco más y puso su mano en mi mejilla. Yo no quería que pasara, pero mis sentimientos vencieron. Cerré los ojos y supuse que él también lo hizo, pues noté cómo su respiración era más fuerte y más cercana a mí. Puso su otra mano en mi mejilla descubierta y se acercó más. A penas había un centímetro de separación entre nuestros labios.
      - ¡Hey! ¿Cómo estáis chicos?
      Los dos dimos un salto, sobresaltados. Era Peter. Con el salto nos separamos y Nick se cayó al suelo, pero se levantó de forma inmediata, lo cual resultó muy cómico.
      - Veo que ya habéis probado la piscina, ¿no? Y qué, ¿funciona bien?
     - Sí, te cubre el cuerpo entero de agua. - Nick respondió de forma irónica, estaba enfadado por la interrupción de Peter.
      - Gracias Nick. Bueno, ¿qué vas a hacer este mediodía, Bea?
      - Nick me llevará a comer.
      - Vale, bien, perfecto. A las cinco y media tienes reunión con tu nueva discográfica. Nick, la llevas tú, ¿no?
      - Claro, yo tengo que ir también.
      - Vale pues perfecto. Nos vemos allí.
      Peter se dio media vuelta y se fue. Nick y yo nos miramos y nos partimos de la risa.
      - Bueno, Bea, ¿por dónde íbamos? - Nick se me acercó.
      - Me estabas diciendo que era tarde y que me llevabas a comer, así que ¡en media hora aquí! - le guiñé un ojo.
      Me miró con una sonrisa pícara durante unos segundos y agitó la cabeza en señal de afirmación. - Está bien, está bien. Por cierto, se me olvidó pedirte tu número de móvil ayer. - Sacó su iPhone, le dio al teclado y me miró con intención para que se lo dijera. Yo me reí y se lo dije. - Vale, te doy una perdida y guardas el mío ¿vale? - Mi BlackBerry sonó y guardé a Nick como un contacto. No me podía creer que tuviera el teléfono de Nick Jonas.
     - Guardado.
     - Perfecto. Toma esto también. Dentro están todas las fotos que nos hicimos ayer. Este puede ser nuestro pen drive, donde sólo habrá fotos nuestras, así que vamos a ponerle algunas más.- Me guiñó un ojo, sacó su iPhone y nos hicimos varias fotos. Este chico es increíble.
     Recogimos las cosas, nos despedimos y subí a mi habitación. Me puse un vestido color camel, unas bailarinas del mismo color y una gabardina un poco más clara. Cogí también un pañuelo, mi bolso y unas gafas de sol. Y como no, justo a tiempo, suena el timbre.
      - Hola, ¿pasas?
      - Claro. Estás muy guapa - me dieron ganas de contentar: pues anda que tú, pero me limité a una sonrisa y un tú también.
      - Bueno, ¿a dónde me llevas esta vez?
      - Te lo diré cuando lleguemos. -Me guiñó un ojo y me abrió la puerta para que pasara y así salir, no sin antes despedirme de Dorota. Cuando salí vi que no había coche. Nick empezó a andar así que le seguí. Salimos de mi parcela y el giró a la derecha, y a unos escasos metros, justo delante de otra gran verja se paró. No podía estar pasando.
      - Bienvenida a mi casa.
      - ¡Nick! ¿Están tus padres? ¿Y no me avisas? ¡No estamos listos! ¿Qué les voy a decir? ¿Y qué me van a decir ellos? ¿Y tus hermanos también? ¡¡¡¡Ah!!!! ¿Cómo has podido? - Grité.
      - Bea, cariño, tranquila. Les caerás genial. Ellos ya te conocen en realidad. Están deseando hacerlo en persona. Sólo relájate y sé tú misma.
       - Te voy a matar, te prometo que lo haré.
       - Bien, eso quiere decir que tendré que volverte a ver. - Me guiñó un ojo y me abrió una puerta que daba a su parcela. Me hizo un gesto con la cabeza para que entrara. Vacilé un segundo, pero era superior a mí. Así que entré. Durante el camino a la puerta de su casa fuimos en silencio. No me podría creer lo que me estaba pasando, ¡mi vida era una película! Sólo llevaba dos días en Los Ángeles, y ya había conocido a Nick Jonas, tenía fotos con él, su número de teléfono, me seguía en Twitter, casi lo besaba y ahora estaba a punto de conocer a su familia, entre ellos sus hermanos Joe y Kevin, mis otros dos ídolos. No me lo podía creer. Llega a estar también Demi Lovato en su casa y me desmayaba.
      Llegamos a la puerta, Nick sacó las llaves y abrió. Gritó anunciando que ya estaba allí y rápidamente apareció Denise allí.
       - Hola mamá. - Le dio un beso.- Esta es Bea. Bea, esta mi madre: Denise.
       - Encantada Bea, es un placer conocerte. - Me tendió la mano y me sonrió yo hice lo mismo.
       - Un placer Mrs. Jonas.
       - Denise, llámame Denise.
       - Está bien Denise. - Le sonreí.
       Nick me dirigió hacia el salón, y allí estaban todos, y con todos me refiero a ¡todos! Joe, Kevin, Frankie, Danielle, Mr. Jonas y hasta Big Rob. Me estaba muriendo de la vergüenza.
      - ¡Chicos! Esta es Bea. - Joe, Kevin y Frankie se abalanzaron sobre mí. Primero le estreché la mano a Kevin, después a Frankie y por último. Acababa de conocer a los Jonas Brothers. ¿Era de verdad?
       - Así que esta es la famosa Bea. Nick no para de hablar de ti. - Nick mató con la mirada a Joe, y este le sacó la lengua.
       - Es un placer conoceros a todos. - Les sonreí.
        Se acercaron también Mr. Jonas, Danielle and Big Rob. Nick me los presentó también. Estaba alucinando.
       - Encantada de conoceros. - Volví a sonreírles.
       - Eh, me dicen que ya podemos pasar a la mesa. - Dijo Denise.
      Todos pasaron y se sentaron. Nick separó un poco una silla de la mesa y me dijo que me sentara. Me senté y me arrimé a la mesa. Entonces Nick se sentó a mi derecha, y tenía a Joe a la izquierda. Estaba de los nervios.
      - Bea, cuéntanos un poco de tu vida en España. - Me dijo Joe. Ya empecé a temblar. ¿Qué les contaba?
      - Bueno, no hay mucho que contar la verdad.
      - Sí, seguro que sí. ¿Ibas al colegio no? ¿A qué curso ibas?
      - Sí, a 4º de la E.S.O. No sé a qué equivale aquí, me parece que es el segundo año de Instituto, pero no estoy segura.
       - ¿Y te iba bien? Es decir, ¿sacabas buenas notas?
       - Bueno, la verdad es que sí. Mis notas eran siempre 8,9 y 10.
       - ¿Y cuál era tu asignatura preferida? ¿Y la que menos?
       - La verdad me gustaban todas, no había ninguna que me costara más o que odiara.
       - Guau, eso es impresionante. ¿Y tenías muchos amigos? ¿Eras popular?
       - Bueno, tenía y sigo teniendo unos amigos increíbles.
       - Seguro que eras popular, tienes toda la pinta.
       - ¿Y eso es bueno o malo?
       - Bueno, es bueno. No popular en plan niña malcriada retorcida pija, si no en plan niña buena estudiosa guapa simpática y pija.
        - Bueno Joe, ya vale, qué pesado eres- Dijo Nick.
       Toda la mesa estalló en carcajadas, y yo me reí también. La comida transcurrió muy bien, eran todos muy amables y yo participaba a veces en la conversación. De repente me vibró mi móvil y era un mensaje de Nick. Decía: ''Prueba de fuego superada?'' Ese pequeño detalle me gustó bastante. Le contesté diciendo: ''No estoy muy segura. Espero que sea confirmado dentro de poco''. Vi cómo le llegó a Nick, me miró, me sonrió y escribió un mensaje. Me llegó al momento, decía: Confirmado. Prueba de fuego superada. ‘‘
     - ¿Qué os tramáis vosotros dos? - Dijo Kevin, refiriéndose a Nick y a mí.
     - ¿Nosotros? ¿Ahora? ¡Qué dices Kev! - Contestó Nick riéndose.
     - ¡Bien! ¡Postre! - Exclamó Frankie. Todos rieron, él lo había dicho de una forma muy cómica.
     Nos tomamos el postre y Nick dijo que debíamos irnos, pues llegábamos tarde a la reunión. Me despedí de todos, dijeron que había sido un placer, y que querían verme más a menudo. Denise dijo antes de hacernos todos una foto y así lo hicimos. ¡Tenía una foto con la familia Jonas!
       Finalmente salimos de la casa, y una vez fuera Nick y yo estallamos a carcajadas, ambos sin  saber por qué, pero no podíamos parar. 

enero 30, 2011

Capítulo 2




2

Nick



Hoy iba a conocer a Bea. La chica de la que Peter llevaba meses hablándome. La chica que había estado rondando por mi cabeza. La chica a la que yo le había escogido la casa, la decoración, el armario. La chica que ahora vivía en la casa de al lado. Una chica que es mi mayor fan.
     Son las 6:45pm. Llevo vestido más de media hora. Estoy súper nervioso. Llevo unos vaqueros, una camiseta blanca de pico, una chaqueta marrón de cuero, unos zapatos marrones y mis típicos colgantes.
     Joe entra a mi habitación, y se queda mirándome.
     - ¿Nervioso?
     - Para nada.
     - ¿Por qué estás nervioso, Nick?
     - ¡Qué no estoy nervioso!
     - Mientes.
     - Bueno, ¿y qué?
     - ¡Nick está nervioso! – Joe cantaba burlándose de mí.
     - ¿Cuántos años tienes? ¿Doce? ¿Seis? No. No llegas ni a dos.
     - Yo sé admitir que estoy nervioso.
     - Bueno, sí, está bien: estoy muy nervioso. No me preguntes por qué porque no lo sé ni yo. No sé lo que tiene esa chica, que ni si quiera conozco, que me tiene así de alterado. Llevo literalmente contando los días para conocerla. No puedo esperar más.
     - Yo ya sé por qué es.
     - ¿Por qué?
     - Ah, - Joe suspiró – Nick, Nick, Nick, Nick. Hermano. Compañero. Amigo. Todos dicen que eres el más inteligente, cosa que no niego, pero a veces eres muy poco espabilado. A medida que vayas conociendo a esa chica te darás cuenta. Yo ahora me tengo que ir. Te deseo lo mejor esta tarde. – Joe me dio una palmada en la espalda, me sonrió y se fue.
     Yo me quedé pensativo. Joe siempre tiene las ideas más locas. Creo que sé lo que insinúa, pero no sé si estará en lo cierto. Esa chica tiene algo especial, seguro, sólo falta conocerla.

     7:00pm. Suena el timbre. Es Peter. Le abro la puerta y nos vamos a casa de Bea, que es la casa que está al lado de la mía. Durante el trayecto le pregunté a Peter cosas sobre ella, pero me dijo que si quería conocerla que la llevara a dar una vuelta. Y eso haré. Ya estamos en la puerta. Son las 7:03pm. Tocamos al timbre y Dorota abre la puerta. Y la vi. La vi en persona por primera vez, y una sonrisa nació de mi cara. Era guapísima.
     - Bueno Bea – dijo Peter, y señalándome a mí dijo – aquí está tu sorpresa.
     - Encantado de conocerte Bea. – Le estreché la mano y le sonreí
     - ¡Guau! Es un placer enorme conocerte. Soy una gran fan tuya – Bea me sonrió. Noté que ella estaba muy nerviosa y entusiasmada por conocerme. Lo que ella no sabía era que yo estaba exactamente igual. – Bueno, ¿no queréis pasar y tomaros algo?
     - En realidad yo había pensado invitarte a dar una vuelta para conocernos y que vieras un poco de Los Ángeles, que creo que no has visto nada todavía, ¿me equivoco?
    - No, no te equivocas.
    - Bueno pues yo vivo en la casa de al lado, así que si me lo permites voy a por mi coche y te recojo en dos minutos, ¿vale?
    - Oh, no hace falta. Puedo ir yo misma, no hace falta que vayas y vuelvas.
    - Ni hablar, te vendré a recoger. Es lo mínimo.
    Bea me sonrió, y quedé en recogerla en unos minutos. Nos despedimos y en el trayecto hacia mi casa estaba entusiasmado. Iba a estar a solas con ella. No podía esperar más. Quería saber todo de ella: sus aficiones, sus gustos, su historia, sus manías, sus gestos, lo que no le gustaba… Todo. Lo quería saber absolutamente todo.
     Llegué a mi casa, cogí las llaves del coche y fui a recoger a Bea en coche. No tardé nada en llegar. Una vez dentro de la parcela, toqué al timbre y ahí estaba otra vez.
     - ¿Lista?
     - Sí. – me dedicó una sonrisa.
     La guié hacia el coche y le abrí la puerta del asiento de copiloto. Una vez dentro la cerré. Me dio las gracias y me volvió a sonreír. Me encantaba su sonrisa. Era muy dulce. Sabía que un futuro, cuando viera esa sonrisa me animaría. Una sonrisa llena de esperanza, de ambiciones, de entusiasmo, de dulzura, de amor. Rodeé el coche y me senté en el asiento de conductor. Arranqué en coche y la miré. Cada vez que la miraba más me convencía de lo guapa que era, y de que escondía algo especial. Empecé a conducir.
     - ¿Dónde te gustaría ir?
     - No lo sé, donde quieras.
     - ¿Qué te parece si vamos a Sunset Boulevard, damos un paso por el paseo de la fama y luego nos vamos a cenar? Todo el mundo que viene por primera vez a LA quiere ir a verlo. ¿Lo conoces?
     - Me parece bien, sólo lo he visto en fotos. –Bea se rió y yo hice lo mismo.
     - Bueno, cuéntame algo de ti.
     - ¿Algo sobre mí?
     - Sí, quiero conocerte.
     - Dime qué quieres saber. – Me guiñó un ojo.
     - Todo, absolutamente todo. – Le mantuve la mirada hasta que ella la apartó. Noté cómo se sonrojaba.
     - Veamos. Me llamo Bea, Bea Gómez-Angulo Muñoz. Nací el dieciséis de septiembre de 1995.
     - ¡Eh, cómo yo!
     - Lo sé. – Bea se rio de nuevo, y yo le sonreí. Me gustaba que supiera cosas sobre mí. - Bueno, tengo una hermana pequeña, y un perro. Y el resto lo conocerás poco a poco.
     - Venga ya, cuéntame más.
     - Mm…. ¡No! Te toca a ti.
     - Veamos. Me llamo Nick, Nick Jonas. Nací el dieciséis de septiembre de 1992. Tengo un hermano pequeño y dos mayores, y un perro.
     - Interesante.
     - Ya lo sabías.
     - Sí. – Los dos estallamos en carcajadas.
     - Quiero conocerte Bea. Espero que con el tiempo conozca todo de ti, y tú de mí.
     - Trato hecho.
     - Voy a poner la radio. – Encendí la radio y empezó a sonar la canción Fireflies, de Owl City.
     - Eh, me gusta mucho esta canción. ‘’You would not believe your eyes, if ten million fireflies light up the world as I fall asleep’’. – Los dos la cantamos a la vez. De repente la expresión de Bea cambió radicalmente.
     - ¿Estás bien?
     - Sí, sí, sí. ¿Por qué?
     - Cuéntame que te pasa.
     - Nada, que me acabo de dar cuenta de dónde estoy y de lo que me está pasando. – La miré con una expresión de no entender por qué me decía eso, y ella captó perfectamente lo que quería decir esa mirada, así que me explicó lo que quería decir. – Estoy en LA, en el coche de Nick Jonas, cantando juntos. Y éste es sólo mi primer día. Es que no me lo puedo creer.
     - ¿Y qué me dices de mi situación? Llevo varios años aquí, y nunca había conocido a alguien como tú. Y ahora estamos aquí juntos, en mi coche, llevándote a dar una vuelta y cantando. Yo sí que no me lo creo.
     - Venga ya, tú eres una estrella reconocida internacionalmente. Te han pasado cosas más alucinantes que estar conmigo en un coche.
     - Te aseguro que no.
     - No te creo.
     Aproveché un semáforo para mirarla a los ojos.
     - Créeme, jamás había estado con una persona como tú. Todavía no te conozco, pero sé que eres especial. Sé que llegarás muy lejos. Soy yo quien debería de estar incrédulo, y de hecho, lo estoy. Más de lo que puedas imaginar. Y debes creerme.
     Verde.
     - Vaya Nick, muchas gracias. – Y me volvió a regalar otra de sus maravillosas sonrisas.

     Llegamos a Sunset Boulevard. Me bajé del coche y de nuevo lo rodeé para abrirle la puerta a Bea. Me gusta ser un caballero. Anduvimos viendo las estrellas, y me encantaba ver cómo se iba parando para leer el nombre. Y en las que le gustaban mucho yo le hacía una fotografía. También nos hicimos varias juntos.
     - Algún día tendrás tu estrella aquí.
     - Ojalá. Pero primero la tendréis tú y tus hermanos.
     - ¿Te las imaginas juntas?
     - Un sueño cumplido.
     Nos sonreímos y le pasé el brazo por encima del hombro. Anduvimos un rato así. En silencio. Recordé la charla con Joe esta mañana. Tenía razón. Bea me está empezando a gustar. Lo noto, porque cuando estoy con alguien que me gusta el corazón me late muy deprisa, y así está ahora mismo.
     - ¿Vamos a cenar?
     - En realidad preferiría que cogiéramos algo para llevar, y si quieres nos lo tomamos en mi casa. Estoy muy cansada.
     - Claro, lo que quieras. ¿Te apetece pizza?
     - Está bien.
     Llegamos a un restaurante de italiano y después de mirar el menú pedimos. Los dos queríamos lo mismo: pizza de cuatro quesos y Coca-Cola zero. Así que pedimos una pizza mediana y dos latas. Volvimos al coche y pusimos rumbo a casa de Bea.
     - Hay una cosa que no te he dicho.
     - Dime.
     - Es una sorpresa.
     - ¿Otra?
     - Sí. ¿Te gustó tu casa? ¿Y el armario? Es decir, la ropa que tenía.
     - Sí, un montón. ¿Por qué?
     - Porque llevo los últimos cuatro meses haciendo planos de casas y comprando ropa para chica.
     - ¡No me digas que todo lo hiciste tú!
     - Bueno pues no te lo digo.
     - ¡Esto sí que es una sorpresa! ¡No me lo puedo creer! Eres el mejor de verdad.
     - Me alegra oír eso. – nos sonreímos mutuamente.

     Llegamos a casa de Bea. Dorota ya se había ido. Había una nota de Peter:

Bea, mañana tienes la mañana libre. Puedes hacer lo que quieras. Pero por la tarde tienes reunión con la discográfica. Pasaré por ti a las 5:30pm. Dorota no duerme allí. Pero tranquila, hay un guardia de seguridad revisando cada entrada y salida a tu casa, así que estás segura. No tienes nada de qué preocuparte. Buenas noches’’

     - Bien, estaba preocupada por ese tema.
     - ¿Cenamos? Hay que calentar la pizza. Yo lo haré.
     Fui a la cocina y calenté la pizza, mientras que Bea ponía la mesa. Llevé la pizza a la mesa. Separé una silla de la mesa y le hice un gesto con la cabeza para que se sentara. Bea me sonrió y sentó, y yo le acerqué a la mesa.
     - Gracias.
     Yo también tomé asiento, al lado de Bea, y empezamos a cenar.
     - Bea, ¿tienes twitter?
     - Sí, yo te sigo. – Bea rió.
     - Dime como es y cuando llegue a mi casa te seguiré.
     - ¿De verdad?
     - Pues claro.
     - Es mi nombre.
     - Ja, ja, vale. Te buscaré esta noche.
     Bea me sonrió y seguimos cenando. Eran ya las once de la noche, y Bea parecía estar cansada. Así que intente cenar lo más rápido para dejar que se durmiera, aunque lo que menos quería hacer ahora mismo era dejarla sola.
     Terminamos la pizza, y yo me ofrecí a recoger la mesa.
     - Bueno Bea, me voy a tener que ir ya.
     - Gracias, por este día, Nick. Me lo he pasado muy bien.
     - No hay de qué. Me alegra haberte conocido.
     Bea me acompañó a la puerta.
     - ¿Te apetece que mañana hagamos algo? Como tienes la mañana libre…
     - Vale, por mi bien.
     - ¿Qué te parece si probamos la piscina?
     - Está bien. Te veo a las once. – me sonrió
     - Seré puntual.
     - Bien. Bueno… buenas noches.
     - Que descanses. – me quedé momentáneamente parado, pero al final me decidí. Me acerqué lentamente y le di un beso en la mejilla. Ella me sonrió. – Hasta mañana, Bea. – Me volvió a sonreír y cerró la puerta. Me quedé como un tonto en su puerta con una sonrisa en la cara. Pasados unos treinta segundos me decidí y me fui hasta mi coche. Arranqué y conduje hasta mi casa, no sin antes comprobar que todo estaba cerrado. No quería que Bea estuviera en peligro bajo ningún concepto. Llegué, aparqué el coche y entré en mi casa. Saludé a mi madre que estaba viendo la televisión en el salón con un beso y subí a mi habitación. Dejé mis cosas y entré al baño. Me tomé una ducha y me puse el pijama. Volví a mi cuarto y encendí el ordenador. Conecté mi Iphone y pasé todas las fotos que nos habíamos hecho. Que bonitas eran. Las metí todas en un pen-drive para llevárselas mañana Bea. Abrí Twitter y busqué su nombre. Ahí estaba. Le di a seguir. Empecé a escribir un nuevo tweet: ‘’Día increíble con una chica increíble. Gracias, - introduje aquí su nombre de usuario -, por ser como eres. Mañana nos vemos, buenas noches’’. Y adjunté una de nuestras fotos de esta tarde, la más bonita de todas. Y justo en ese momento me di cuenta de que no le había pedido su número de teléfono. Mañana se lo pediré.
     Y de repente me llega una respuesta al tweet anterior. Era de Bea. Decía: ‘’Vaya día que hemos pasado juntos. Esa foto me encanta. No puedo esperar a vernos mañana. Descansa. – y escribió una carita sonriente.
     Contesté algunos tweets de fans y apagué el ordenador. Me acosté, y me dormí pensando en Bea.