febrero 23, 2011

Capítulo 3






3

Bea


9:30am.

       Me desperté en esa gran y bonita habitación. Me costó unos segundos recordar donde estaba. Recordé el día de ayer. Guau. Fue increíble. No me creo todavía que haya conocido a mi ídolo, al chico cuyas fotos ocupaban parte de mi antigua habitación, en el que siempre pensaba y lo veía como inalcanzable, por el que aprendí que sí se puede amar a alguien sin conocerle. Cuando lo vi por primera vez en la puerta de mi nueva casa fue un sueño hecho realidad. Quería gritar, llorar, abrazarlo, besarlo. Ahora sólo le doy las gracias a Dios por esta gran oportunidad.
       Me levanté de la cama, me puse una bata y bajé a la cocina para desayunar. Dorota ya estaba allí. Había preparado zumo de naranja y tostadas.
      - Buenos días, Dorota.
      - Buenos días, señorita.
      - Dorota por favor, llámame Bea. Debería ser yo quien te hablara de usted.
      - ¿Está segura?
      - Completamente. - sonreí.
      - Está bien.
      Desayunamos las dos juntas. Ella primero dijo que ella lo haría en la cocina, pero de ninguna manera yo iba a permitir eso. Cuando terminamos le ayudé a recoger y vi un poco la tele. Ya eran las diez y media, y había quedado con Nick a las once, así que subí a mi cuarto para arreglarme. Pensaba ordenarlo y hacer la cama, pero Dorota se me adelantó. La próxima vez no sería así. Me dirigí al armario y busqué la ropa de playa. Me puse un bikini marinero, un vestido blanco playero y unas chanclas. No me pinté, y me recogí el pelo en un moño despeinado. Cogí unas gafas de sol, una toalla y la crema de protección solar y bajé al salón. Justo sonó el timbre. Me sorprendió porque era pronto, quedaban todavía quince minutos para las once. Abrí la puerta.
     - Buenos días, Nick. Pasa.
     - Buenos días. Sé que es pronto, pero no podía esperar más. - Me sonrojé. Nick estaba guapísimo. Llevaba un bañador por encima de la rodilla, un polo y unas gafas de sol.
     - Ja, ja, está bien.
     - ¿Estás lista ya para bañarte?
     - Siempre. -Sonreí y él me sonrió
      Pasamos a la piscina y dejamos nuestras cosas en una tumbona. Nick se quitó el polo, y la verdad es que fue muy incómodo. No sabía si mirarle o no, así que decidí quitarme mi vestido. Una vez los dos en bañador si miré su cuerpo. Era la primera vez que lo veía, ya que él jamás había publicado una foto suya sin camiseta, lo cual me gustaba porque sabía así que era un chico con clase. Noté que él también me miraba, así que sólo le sonreí y él se tiró de bomba a la piscina llenándome entera de agua.
     - ¡¡¡Nick!!! ¡Te has pasado! Ahora verás. - Me tiré yo de bomba y él me esquivó. Me subí encima suya e intenté hacerle alguna ahogadilla, pero no podía. Era como una roca, mucho más fuerte que yo. Después de un minuto de intentos desistí, y nadé hacia la otra parte de la piscina.
     - ¿Te has cansado ya? - me sonrió y nadó hacia mí. Cuando casi llegó empecé a bucear yo para el lado contrario, pero a la mitad del trayecto él me sacó a la superficie y me mantuvo entre sus brazos, con nuestras caras a escasos centímetros.
     - Yo nunca me canso. - Nick acercaba su rostro lentamente hacia mí. Me olía lo que iba a pasar a continuación. No quería, aún no. Quería estar más tiempo con él antes de empezar nada así que me deje caer de los brazos de Nick como si hubiera sido un accidente, y me quedé debajo del agua unos segundos. Nick debió ver que no salía y me sacó otra vez, esta vez dejándome de pie.
     - ¿Estás loca? ¿Sabes el susto que me has dado? No lo vuelvas a hacer.
     - Pero si no he hecho nada.
     - No lo hagas jamás.
La mañana transcurrió, y Nick y yo charlamos durante horas en la piscina. Había algo especial entre nosotros. Me encantaba su forma de ser, sus gestos, su forma de hablar, su personalidad. Una de las cosas que más gustaba de él era su respeto hacia sí mismo y hacia los demás. Era increíble como sabía guardar la compostura, cómo no armó ningún escándalo en todos sus años de fama. Era una persona orientada, educada y religiosa. Tres valores que me hacían fijarme en un chico por encima de todas las cosas. Quería aprender de él. Siempre había sido mi inspiración, y ahora que lo tengo cara a cara me doy cuenta de la oportunidad que Dios me está dando.
     Nos salimos de la piscina y estuvimos como una media hora cada uno en una tumbona, y de repente se levanta y se sienta en la mía.
      - Bea, son las casi la una.
      - Sí, ¿pasa algo?
      - Quiero llevarte a comer. - eso me pilló de imprevisto, todo hay que admitirlo.
      - Está bien. ¿Pasas en media hora?
      - ¿No quieres ni siquiera saber a dónde?
      - Contigo, al fin del mundo.
      - Eres increíble. - Nick empezó a acercar su rostro hacia el mío lentamente, en silencio. Cuando apenas había un palmo de separación se paró. Empecé a analizar su cara, su bonita cara. Tenía varios lunares, tres de ellos en la mejilla derecha que formaban un triángulo. Sus labios eran pequeños pero carnosos. Evitaba totalmente mirarle a los ojos, pues sabía lo que venía a continuación. Pero mi corazón siempre ha ido por delante de mi mente y clavé la vista en su mirada. Ojos pequeños, achinados, color café, muchas pestañas. Ni si quiera noté que Nick había estado haciendo lo mismo que yo, y que ahora nos estábamos mirando fijamente. Me había atrapado con su mirada. Se acercó un poco más y puso su mano en mi mejilla. Yo no quería que pasara, pero mis sentimientos vencieron. Cerré los ojos y supuse que él también lo hizo, pues noté cómo su respiración era más fuerte y más cercana a mí. Puso su otra mano en mi mejilla descubierta y se acercó más. A penas había un centímetro de separación entre nuestros labios.
      - ¡Hey! ¿Cómo estáis chicos?
      Los dos dimos un salto, sobresaltados. Era Peter. Con el salto nos separamos y Nick se cayó al suelo, pero se levantó de forma inmediata, lo cual resultó muy cómico.
      - Veo que ya habéis probado la piscina, ¿no? Y qué, ¿funciona bien?
     - Sí, te cubre el cuerpo entero de agua. - Nick respondió de forma irónica, estaba enfadado por la interrupción de Peter.
      - Gracias Nick. Bueno, ¿qué vas a hacer este mediodía, Bea?
      - Nick me llevará a comer.
      - Vale, bien, perfecto. A las cinco y media tienes reunión con tu nueva discográfica. Nick, la llevas tú, ¿no?
      - Claro, yo tengo que ir también.
      - Vale pues perfecto. Nos vemos allí.
      Peter se dio media vuelta y se fue. Nick y yo nos miramos y nos partimos de la risa.
      - Bueno, Bea, ¿por dónde íbamos? - Nick se me acercó.
      - Me estabas diciendo que era tarde y que me llevabas a comer, así que ¡en media hora aquí! - le guiñé un ojo.
      Me miró con una sonrisa pícara durante unos segundos y agitó la cabeza en señal de afirmación. - Está bien, está bien. Por cierto, se me olvidó pedirte tu número de móvil ayer. - Sacó su iPhone, le dio al teclado y me miró con intención para que se lo dijera. Yo me reí y se lo dije. - Vale, te doy una perdida y guardas el mío ¿vale? - Mi BlackBerry sonó y guardé a Nick como un contacto. No me podía creer que tuviera el teléfono de Nick Jonas.
     - Guardado.
     - Perfecto. Toma esto también. Dentro están todas las fotos que nos hicimos ayer. Este puede ser nuestro pen drive, donde sólo habrá fotos nuestras, así que vamos a ponerle algunas más.- Me guiñó un ojo, sacó su iPhone y nos hicimos varias fotos. Este chico es increíble.
     Recogimos las cosas, nos despedimos y subí a mi habitación. Me puse un vestido color camel, unas bailarinas del mismo color y una gabardina un poco más clara. Cogí también un pañuelo, mi bolso y unas gafas de sol. Y como no, justo a tiempo, suena el timbre.
      - Hola, ¿pasas?
      - Claro. Estás muy guapa - me dieron ganas de contentar: pues anda que tú, pero me limité a una sonrisa y un tú también.
      - Bueno, ¿a dónde me llevas esta vez?
      - Te lo diré cuando lleguemos. -Me guiñó un ojo y me abrió la puerta para que pasara y así salir, no sin antes despedirme de Dorota. Cuando salí vi que no había coche. Nick empezó a andar así que le seguí. Salimos de mi parcela y el giró a la derecha, y a unos escasos metros, justo delante de otra gran verja se paró. No podía estar pasando.
      - Bienvenida a mi casa.
      - ¡Nick! ¿Están tus padres? ¿Y no me avisas? ¡No estamos listos! ¿Qué les voy a decir? ¿Y qué me van a decir ellos? ¿Y tus hermanos también? ¡¡¡¡Ah!!!! ¿Cómo has podido? - Grité.
      - Bea, cariño, tranquila. Les caerás genial. Ellos ya te conocen en realidad. Están deseando hacerlo en persona. Sólo relájate y sé tú misma.
       - Te voy a matar, te prometo que lo haré.
       - Bien, eso quiere decir que tendré que volverte a ver. - Me guiñó un ojo y me abrió una puerta que daba a su parcela. Me hizo un gesto con la cabeza para que entrara. Vacilé un segundo, pero era superior a mí. Así que entré. Durante el camino a la puerta de su casa fuimos en silencio. No me podría creer lo que me estaba pasando, ¡mi vida era una película! Sólo llevaba dos días en Los Ángeles, y ya había conocido a Nick Jonas, tenía fotos con él, su número de teléfono, me seguía en Twitter, casi lo besaba y ahora estaba a punto de conocer a su familia, entre ellos sus hermanos Joe y Kevin, mis otros dos ídolos. No me lo podía creer. Llega a estar también Demi Lovato en su casa y me desmayaba.
      Llegamos a la puerta, Nick sacó las llaves y abrió. Gritó anunciando que ya estaba allí y rápidamente apareció Denise allí.
       - Hola mamá. - Le dio un beso.- Esta es Bea. Bea, esta mi madre: Denise.
       - Encantada Bea, es un placer conocerte. - Me tendió la mano y me sonrió yo hice lo mismo.
       - Un placer Mrs. Jonas.
       - Denise, llámame Denise.
       - Está bien Denise. - Le sonreí.
       Nick me dirigió hacia el salón, y allí estaban todos, y con todos me refiero a ¡todos! Joe, Kevin, Frankie, Danielle, Mr. Jonas y hasta Big Rob. Me estaba muriendo de la vergüenza.
      - ¡Chicos! Esta es Bea. - Joe, Kevin y Frankie se abalanzaron sobre mí. Primero le estreché la mano a Kevin, después a Frankie y por último. Acababa de conocer a los Jonas Brothers. ¿Era de verdad?
       - Así que esta es la famosa Bea. Nick no para de hablar de ti. - Nick mató con la mirada a Joe, y este le sacó la lengua.
       - Es un placer conoceros a todos. - Les sonreí.
        Se acercaron también Mr. Jonas, Danielle and Big Rob. Nick me los presentó también. Estaba alucinando.
       - Encantada de conoceros. - Volví a sonreírles.
       - Eh, me dicen que ya podemos pasar a la mesa. - Dijo Denise.
      Todos pasaron y se sentaron. Nick separó un poco una silla de la mesa y me dijo que me sentara. Me senté y me arrimé a la mesa. Entonces Nick se sentó a mi derecha, y tenía a Joe a la izquierda. Estaba de los nervios.
      - Bea, cuéntanos un poco de tu vida en España. - Me dijo Joe. Ya empecé a temblar. ¿Qué les contaba?
      - Bueno, no hay mucho que contar la verdad.
      - Sí, seguro que sí. ¿Ibas al colegio no? ¿A qué curso ibas?
      - Sí, a 4º de la E.S.O. No sé a qué equivale aquí, me parece que es el segundo año de Instituto, pero no estoy segura.
       - ¿Y te iba bien? Es decir, ¿sacabas buenas notas?
       - Bueno, la verdad es que sí. Mis notas eran siempre 8,9 y 10.
       - ¿Y cuál era tu asignatura preferida? ¿Y la que menos?
       - La verdad me gustaban todas, no había ninguna que me costara más o que odiara.
       - Guau, eso es impresionante. ¿Y tenías muchos amigos? ¿Eras popular?
       - Bueno, tenía y sigo teniendo unos amigos increíbles.
       - Seguro que eras popular, tienes toda la pinta.
       - ¿Y eso es bueno o malo?
       - Bueno, es bueno. No popular en plan niña malcriada retorcida pija, si no en plan niña buena estudiosa guapa simpática y pija.
        - Bueno Joe, ya vale, qué pesado eres- Dijo Nick.
       Toda la mesa estalló en carcajadas, y yo me reí también. La comida transcurrió muy bien, eran todos muy amables y yo participaba a veces en la conversación. De repente me vibró mi móvil y era un mensaje de Nick. Decía: ''Prueba de fuego superada?'' Ese pequeño detalle me gustó bastante. Le contesté diciendo: ''No estoy muy segura. Espero que sea confirmado dentro de poco''. Vi cómo le llegó a Nick, me miró, me sonrió y escribió un mensaje. Me llegó al momento, decía: Confirmado. Prueba de fuego superada. ‘‘
     - ¿Qué os tramáis vosotros dos? - Dijo Kevin, refiriéndose a Nick y a mí.
     - ¿Nosotros? ¿Ahora? ¡Qué dices Kev! - Contestó Nick riéndose.
     - ¡Bien! ¡Postre! - Exclamó Frankie. Todos rieron, él lo había dicho de una forma muy cómica.
     Nos tomamos el postre y Nick dijo que debíamos irnos, pues llegábamos tarde a la reunión. Me despedí de todos, dijeron que había sido un placer, y que querían verme más a menudo. Denise dijo antes de hacernos todos una foto y así lo hicimos. ¡Tenía una foto con la familia Jonas!
       Finalmente salimos de la casa, y una vez fuera Nick y yo estallamos a carcajadas, ambos sin  saber por qué, pero no podíamos parar.